Fue un himno de la adolescencia, tema de telenovela y emblema del grupo OV7, Te quiero tanto, tanto llegó a la mente del autor, Memo Méndez Guiú como un mensaje del subconsciente. Liliana Mercenario Pomeroy dibujó a Papi, su gato, compañero y amigo fallecido, un homenaje amoroso desde el arte.
La inspiración y la creación son un misterio, llegan en un acto involuntario, que responde al nivel de entrega al oficio, Memo lo vivió así “Me siento muy bendecido. Tengo 50 éxitos permanentes en el gusto del público. A voluntad compuse 2000 canciones, y algunas me llegaron en sueños, en estado de meditación y de subconciencia. Resulta que esta canción, yo iba manejando en una carretera larga y recta. Me llegó esa frase: te quiero tanto, tanto, tanto, cada día un poco más. Me acuerdo que lo grabé y di gracias a la vida, porque sabía que era una flor especial, que era un regalo. Llegué a mi casa y agarré la guitarra, y con esa semilla, salió el resto de la canción. Creo que si algo surge directamente de la fuente, llega directo del corazón. No pasa por el intelecto. Cuando algo surge del intelecto, sólo llega a otros intelectos y no se vuelve necesario para el espíritu”.
Liliana se relacionó con la canción y de su imaginación surgió un dibujo “La canción toca el corazón, tiene alegría. Es como una celebración cantarla a esa persona que quieres. Inmediatamente volteé a ver a mi gato y le comencé a cantar a él, porque lo quiero tanto, tanto. En ese momento decidí, esta canción es de mi gato Papi. Era un homenaje en vida, a su belleza y desafortunadamente, hace muy poco, pasó a otra dimensión mi gatito. Estoy sin mi gato pero sigo cantándosela, aunque ahora lloro. Es una canción que describe perfectamente a mi gato. Quiero que cuando la gente vea el dibujo, sienta empatía por los gatos. Porque amar a un gato y que te ame un gato es algo grande. Es la cereza del pastel de tu vida.
Artistas y científicos han narrado que encuentran las obras en sueños, alucinaciones o estados de vigilia y Memo ha vivido esa experiencia “Me he dedicado a meditar a diario desde los nueve años. Sentía que las cosas que recibía eran porque había trabajado 20 horas diarias, durante casi toda mi vida, y había compuesto 2000 canciones, y 2000 arreglos de orquesta. Como a los 33 años, tuve que aceptar mi ego. Acepté que simplemente era un canal de la infinita creación y tener la humildad para dar servicio. Esa realización es muy importante, porque mientras el ego cree que es el creador, se sufre mucho, y si no sale otro éxito después de varios éxitos, el ego piensa que está perdiendo su capacidad”.
La inmersión de Liliana en el cotidiano oficio de crear, dibujar, pintar “Siento que mi alma, mi espíritu, es el que necesita expresarme, es el que me va dictando. Por eso no me he limitado a expresar lo que siento, si hay algo importante que tal vez va a molestar… Lo he hecho porque va más allá. Es más fuerte y me comprometo a asumir las consecuencias. Sí, los artistas somos instrumentos. Estamos para servir”.
El arte tiene su propia metafísica, sus misterios y significados y son los artistas, quienes viven en esa relación casi, esotérica de la creación.

Te quiero tanto tanto
Carbón sobre papel
50 x 30 cm
2020