Ramiro Martínez Plasencia
Tenemos experiencias, momentos, relaciones, que son irrepetibles, que se manifiestan para dejar un recuerdo, que inalcanzable, contemplamos. Es vano intentar reproducirlos, recuperarlos en nuestra existencia, se deben quedar en la nostalgia.
Agustín Lara compone Solamente una vez para recordarnos eso, y el dibujo de Ramiro Martínez Plasencia, dedica su virtuosismo a interpretar esa nostalgia. “A mí me cuesta mucho de pronto trabajar con ciertos temas específicos. Soy muy dado a la improvisación y en el momento de escuchar la canción, dije: esto no puede hablar de otra cosa más que de nostalgia, y por ahí se fue la creación de la pieza”.
Hay nostalgia, y hay un reproche poético, que reclama, no tengo fuerza para volver a querer como esa vez que entregué el alma. “Es una mujer que está viendo hacia el horizonte. Me encantó esa indefinición, que no sabes qué está pasando por su cabeza. Es una historia ambigua y a mí me gusta mucho esa ambigüedad. Esta imagen es un fondo para el protagonista, que es un perrito que aparece en primer plano, porque los perros siempre se han utilizado en la pintura como símbolo de la fidelidad. La razón es que verdaderamente los perros tienen un dueño. Tienen un amor, solamente una vez tienen esa relación intensa con una persona y quise hablar precisamente de eso”. Solamente una vez en la vida se puede entregar alguien con desinterés, sin esperar nada, es la pureza de ese amor inocente que ofrecen los animales, “Una vez nada más se entrega el alma, con la dulce y total renunciación”.
El arte solamente una vez da la oportunidad para hacerlo, es una decisión de vida. “Quienes terminamos dedicándonos al arte tuvimos que tomar una decisión, en algún momento, muy difícil. Hay mucha gente que no la toma, para mí implicó renunciar a mi carrera de arquitectura, ya me había graduado y estaba trabajando. Fue muy difícil dejar eso y lanzarme a ver qué pasa”.
La experiencia de Agustín Lara fue una decisión trascendental, su familia pensaba que iba a seguir la carrera militar, como su padre, y él también decidió que solamente una vez iba a poder hacer música, iba a ser artista. Se fue de su casa, renunció a todo y comenzó a tocar el piano en prostíbulos, cabarets, cantinas. Hasta que ese trayecto nocturno lo llevó a la radio, a la XEW. Agustín Lara y Ramiro Martínez Plasencia tomaron el arte con esa determinación, y hoy tenemos sus obras, sus creaciones.
En el arte “Se entrega el alma”, y dice Ramiro: “Involucra muchos sentimientos, no soy compositor, pero cuando uno está creando una obra, hay múltiples emociones y pensamientos en ese momento. No tienes el control, lo que plasmas en el papel o en una tela va mucho más allá de lo que pudieras pensar”. El arte va más allá de los artistas, las canciones, los dibujos, las pinturas, llegan más lejos, la resolución es determinante, una vez iniciada la vida en la creación, no hay después, solo existe ese momento, es solamente una vez.

Solamente una vez
Lápiz y tinta sobre papel
50 x 30 cm
2020