Sandra del Pilar
Nació en México DF en 1973. Estudió historia del arte en Alemania y pintura en México. Vive entre Alemania y Cuernavaca. Trabajó en la cárcel juvenil de Siegburg pintando retratos a un grupo de presos para acercarlos al arte. La exposición “Otromundo/ Anderwelt” está actualmente en el museo de Siegburg. Su compromiso con el arte es humanista.
“LA INSPIRACIÓN ES UN MITO, A MI NUNCA ME HA BESADO”
Su pintura de gran formato se sumerge en las contradicciones de la naturaleza humana. Analiza la teoría y la práctica del arte y hace de su trabajo artístico una forma de entender al ser humano.
OBSERVAR
Desde niña lo que más me llamó la atención fueron las personas. Me quedaba horas observando caras, cómo se movían mis compañeros. En un momento dado vi una pintura de una figura humana, de una mujer y me quedé impactada. Dije: “¡no puede ser! ¿Cómo unas manos como las mías pueden hacer eso? Yo quiero hacer eso, representar un cuerpo humano”. Además era muy real pero, no como una foto, era totalmente otro lenguaje. La manera como nos movemos, como hablamos, lanzamos la mirada, todo eso convertido en pintura me permite contar historias y crear mi visión de este mundo. Para mí la figura humana y el arte como tal son una manera de comunicarme.
OBSERVAR LA REALIDAD Y LLEVARLA AL ARTE
Me inquieta que los pintores, muchas veces, no tomamos el papel que nos corresponde de hacer preguntas. Aparecen las imágenes terribles de Abu Ghraib y nadie se hace la pregunta ¿cómo pudieron surgir esas imágenes? ¿Por qué esas personas están torturando a los presuntos terroristas y ni siquiera eran terroristas? ¿Dónde quedó la dignidad humana? Son personas, hombres, mujeres que van a la cárcel y torturan personas, llegan a su casa, abrazan a sus esposos, juegan con sus hijos. La pregunta que yo me hice es cómo pudo haber sucedido eso. ¿Qué pasa adentro de estas personas para hacer semejantes cosas? Fue un proceso muy fuerte. Obviamente no fui a Abu Ghraib. No es necesario, con la pura imaginación basta. Primero me metí en el papel de la víctima, que es mucho más fácil, y estuve mirándome desde adentro: ¿cómo me siento? ¿qué está pasando conmigo? Después me puse a dibujar autorretratos y luego hice lo mismo pero tomando el papel del victimario. Eso fue mucho más difícil. ¿Cómo se siente una persona que está a punto de torturar a otra persona o que está torturándola? Me interesan las imágenes desechables de los medios masivos y cómo siguen actuando en nuestras cabezas.
LA COMUNIÓN DEL ARTE
No tengo que sufrir lo que sufrió esa mujer; para identificarme con ella basta ver el cuadro y ver cómo ella transforma en un gesto todo lo que ha vivido. La empatía es lo que hace una sociedad vivible y valiosa, es el punto de partida que estoy buscando.
LA FATALIDAD DEL ARTE
Los que nacen para ser artistas no tienen opción. Te obliga la misma vida, tu personalidad, es una necesidad estar pintando. Te llevas muchas decepciones personales, y de la carrera, que no te rinde lo que estabas esperando. Muchas veces aventé los pinceles y dije: “nunca voy a poder hacer lo que yo quiero hacer”. Lo máximo que aguanté sin pintar fueron tres días. Es como una adicción y no puedes dejarlo. A los jóvenes les digo: si tienes otra opción tómala, si no la tienes, adelante. Hay caminos mucho más agradables y fáciles.
NO EXISTE LA INSPIRACIÓN
La musa es una metáfora, pintar es de levantarte temprano y trabajar, y eso de la inspiración es un mito, a mi nunca me ha besado. Entras en un proceso de trabajo y nada más estás enfocada en lo que haces y de repente te desprendes de todo y pierdes la noción del tiempo. Te vuelves adicta a esa sensación, a ese sentimiento. Pero eso no llega si tú estás ahí sentada en tu taller esperando a ver a qué hora cae la inspiración. Te tienes que poner a trabajar.
LA PINTURA DE SANDRA DEL PILAR Y LA POESÍA DE ROSARIO CASTELLANOS
Ese poema me llegó directo al corazón porque Rosario vivió una época muy difícil, sobre todo siendo mujer, y el poema es como si estuviera hablando de hoy. Rosario Castellanos habla de su época y está hablando tambien de la mía. Traté de visualizar lo que ella dijo. La esencia del poema que sentí es que el mundo está de cabeza, todo está fuera de control, el mundo está derrumbándose pero la gente se ríe. Siguen yendo a los mismos lugares, se sientan en una silla mas cómoda y no se dan cuenta que hay odio hasta en los clavos, a mí se me hace muy impactante. La gente sigue actuando normal, indiferentes, distraídos.
Los distraídos I
Óleo sobre tela
150 x 210 cm
2014
Los distraídos II
Óleo sobre tela
150 x 210 cm
2014
LOS DISTRAÍDOS (FRAGMENTO)
Rieron en el instante
en que una manzana, en vez de caer,
voló y el universo fue declarado loco.
No presenciaron la degollación
del inocente. Nunca distinguieron
a un inocente del que no lo es.
(Por otra parte habían aprobado,
desde el principio, la pena de muerte.)
Continuaron llegando a los lugares,
exigiendo una silla más cómoda, un menú
más exquisito, un trato más correcto.
¡Querido, si te sirven sin gratitud, castígalos!
Y en los muros había un desorden peculiar
y en las mesas no había comida sino odio
y odio en el vino y odio en el mantel
y odio hasta en la madera y en los clavos.
Entre sí cuchicheaban los distraídos:
¿qué es lo que sucede? ¡Hay que quejarse!
ROSARIO CASTELLANOS
Sin título (Periódico intervenido)
Óleo sobre papel (Diario Extra)
57.5 x 44.5 x 3 cm
2014